fbpx

Mi nombre es Ilana Raglianti, tengo 30 años. Y en Septiembre del 2017, abrí un dôjô en mi casa.

Practico artes marciales Bujinkan Budo Taijutsu desde principios de 2006 y Kendo desde 2013. En mi vida he realizado muchas y variadas actividades, pero la práctica del budô (camino del guerrero) ha sido una de las más constantes, incluso más que la carrera profesional que estudié.

Y es que para mi, el budô no es algo que tan sólo se practica, como quien va a un gimnasio, sino que se vive en cada aspecto de la vida, cuando estas comprando en el supermercado, cuando debes resolver un tema con tu pareja, o al tomar decisiones en la crianza de tus hijos: Es un estilo de vida.

Fundar un dojo es probablemente el ideal de cualquier artista marcial, pero hay un largo camino para poder convertirlo en una realidad. En mi caso, lograrlo fue un tema de prioridades y oportunidades.

Después de mi último viaje a Japón, en 2015, me convencí de que me quería dedicar de lleno al budô, pero tenía que pensar bien cómo hacerlo, ya que no era mi intención desvirtuar el propósito original de este arte mezclándolo con dinero.

Tuve la suerte de empezar a hacer clases en un excelente lugar, Santiago Budokan, cuyo dueño, Nicolás Díaz, estaba haciendo justamente lo que yo quería, un dojo en su casa. Además de ser un amigo y sensei en el Kendo, Nico se convirtió en mi mentor en este emprendimiento. De él aprendí y sigo aprendiendo de este peculiar negocio.

IMG 20171223 125607

Recién en 2017 ese sueño que veía lejano tomó forma tras el nacimiento de mi hija Marina en febrero. No sabía qué haría cuando se terminara mi post-natal en agosto, sólo tenía claro de que no quería separarme de mi hija tan pronto. Dicen que las guaguas vienen con marraqueta debajo del brazo, pero Marina venía también con Bolas de arroz. Los astros se alinearon y mi papá pudo ofrecerme algo de ayuda tras la inesperada venta de un terreno. Con ese apoyo, encontramos una casa en La Reina que reúne todo lo necesario para ser un espacio de entrenamiento, meditación, poder ganar algunas lucas y además ser nuestro hogar para criar a Marina.

Esta casa es hoy “Seikyou Dojo”, un nombre que me dio mi Maestro Néstor Iscovi: Seikyou 盛況 significa “prosperidad”, y dojo 道場 es el lugar donde se practica la vía o camino.

 

Es un proyecto que está naciendo y del que espero muchas personas nos podamos beneficiar de él.

MG 0153 e1517001079688
×